jueves, 3 de mayo de 2007

BODA DE TONI-CARMEN, II. PREPARATIVOS



Bueno, llegó el día D. Así que iniciamos la jornada relativamente temprano. Nos levantamos sobre las 10 de la mañana. Juan y Susana y sus hijos Christian y Dani,llegaron poco antes de las 11 en su coche desde Málaga (la noche anterior habían embarcado en el ferry desde Melilla).
El novio, como es preceptivo y cumpliendo la tradición, tenía que salir desde la casa de sus padres. Apareció sobre las 11 y fuimos a recoger un colchón supletorio.
Habíamos decidido la noche anterior dormir toda la familia junta en el piso de Córdoba.Pero claro, no había camas disponibles para todos: necesitábamos imperiosamente el colochón, que se había autoadjudicado Borja. Él estuvo insistiendo la noche de la llegada que iba a pasar la noche en un saco de dormir tumbado en el suelo, haciendo "acampada libre"; pero la abuela Carmen se negó rotundamente:
- puedes dormir en el saco si te apetece, pero encima de un colchón, nada de dormir directamente en el suelo, sentenció.
Carmen se fue a la peluquería y volvió antes del almuerzo (que previsoriamente tenía ya preparado). Comimos todos juntos, e iniciamos los turnos de ducha. A mí me tocó mientras tanto hacer los nudos de las corbatas (3 en total), todos ligeramente torcidos hacia la derecha (no sé por qué esa tendencia mía hacia la derecha, cuando ideológicamente soy de izquierdas y además zurdo ¡¡, tendré algún día que psicoanalizarme..)
Y al fin llegó la primera anécdota de la boda: El novio comienza a vestirse y Carmen (su madre, para no confundir con la novia que también es Carmen) le dice:
-Antonio, parece que has engordado un poco, el pantalón te queda un pelín estrecho..
pero no le da mayor trascendencia al asunto.
Por su parte Paco, el padrino y padre del novio, le dice a Carmen:
-mamá ¡¡ (que es como él la llama), parece que me has dejado el bajo del pantalón un poco largo..
A todo esto entra Mari (mi mujer y hermana de Antonio) en escena y dice:
-Toni,¿ te has comprado la chaqueta y el pantalón por separado ?.
No, claro le responde pero inmediatamente cae en la cuenta : Ay va¡¡ llevo los pantalones de papá y papá los míos. Las carcajadas fueron estruendosas., claro que como dijo Susana habría sido más gracioso que se hubieran dado cuenta en la puerta de la iglesia , durante el tiempo de espera y que se hubieran vistos forzados a intercambiarse los pantalones en el interior del coche.
Salimos bastante justitos de tiempo para la iglesia (con los consiguientes nervios del novio ante las protestas del padrino por lo imposible del tráfico). Llegamos bien de tiempo, justo para la preparación del siguiente acto: la boda propiamente dicha.

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