viernes, 5 de octubre de 2007

CONTRACULTURA: EL RETORNO DE LAS BRUJAS



"Demando que la raza humana
cese de multiplicar la especie
saluden con una reverencia, se retiren.
Ese es mi consejo.
Y como castigo o recompensa
por realizar esta petición
renaceré el último de los humanos
oraré, lloraré, comeré, cocinaré...
Y una mañana ya no me levantaré de mi estera"

(Jack Keruac)



"Había llegado al término de la blanca ...Desde hacía más de un año no me había bañado ni me había cambiado de ropa. Ya ni siquiera me desvestía - salvo para plantar a cada hora, la aguja de una jeringa hipodérmica en la carne gris y fibrosa, carne de madera del estadio final de la droga."


(William.Burroughs - El Almuerzo desnudo)





La forma de vida y la filosofía New Age ha irrumpido con fuerza al comienzo del nuevo milenio. Hay un boom consumista de productos esotéricos como consultas a la carta astral, I-ching, horóscopos etc.. Esta nueva era de "espiritualidad" renacida tiene sus orígenes en los años 60 en el movimiento hippy de la contracultura. La contracultura nació como una reacción de oposición al establisement político norteamericano en los años 60. Pacifistas convencidos, los máximos exponentes de la contracultura denuncian que la excesiva tecnificación y "racionalismo" occidental ha degenerado las mentes de los individuos en occidente convirtiéndonos en seres totalmente alineados, que estamos a merced de un sistema corrupto.


Los partidarios de la contracultura huyen de cualquier "objetivación de la conciencia" como de la peste. Según ellos, los hombres somos lo que pensamos y nuestro pensamiento está alineado por siglos y siglos de "racionalidad". Hay pues soltar estas ataduras, ya que sólo la libertad de creencia y de pensamiento nos hará auténticamente seres libres. Por tanto propugnan el retorno de formas de vidas más primitivas, es decir, a una reconciliación con la naturaleza y a formas de producción menos destructivas con el entorno". Para ellos el prototipo de ser alineado es el técnico especializado en cualquier materia o ciencia, encerrado en un laboratorio o estudio, estudiando analíticamente los posibles resultados de sus proyectos pero sin tener en cuenta ni importarle lo que ocurre a su alrededor.


Sin embargo esta denuncia de amoralidad tan criticada por ellos es una contradicción en toda regla, pues está presente en su ideario aunque no quieran reconocerlo. ¿ cómo se explica que denuncien la amoralidad del tecnócrata cuando en sus experiencias y viajes alucinatorios están centrados en la búsqueda alocada de nuevas experiencias (conocimiento según ellos) sin importarles lo más mínimo la "realidad" que les circunda.
Como bien apunta el antropólogo Marvin Harris en su famoso libro "vacas, cerdos y brujas", el error de partida de los seguidores de la contracultura es considerar que la conciencia es anterior a la estructura y por tanto es posible y deseable abstraer la conciencia de la realidad. Sin embargo la conciencia está objetivada por la estructura social (forma parte indisoluble de esta). No fue la conciencia del cristianismo la que subvirtió el orden social, sino que el ideario cristiano se tuvo que readaptar al orden social imperante.
Nadie duda que se puede alterar el estado de conciencia mediante el uso de psicotrópicos como el peyote, el don pedro, la belladona y demás plantas de datura, y que en esos viajes alucinatorios se pueden alcanzar y experimentar nuevas realidades pero son realidades "soñadas". La vuelta a la realidad pura y dura se impone cuando el "viaje" termina.
Los partidarios de la contracultura se autodefinen como un movimiento con un impulso revolucionario capaz de transformar al hombre y a la sociedad. Yo discrepo profundamente de esta idea. ¿ Se pude cambiar el mundo mediante la contemplación ?. ¿vamos a parar la guerra y la miseria en el mundo simplemente a fuerza de besos y abrazos al prójimo ?. Sinceramente es un planteamiento muy naif . Bien sabemos que lo que caracteriza a cualquier movimiento revolucionario es la "acción y no la contemplación".
No nos engañemos, la culpa de la guerra, del hambre, de las injusticias etc, no la tiene la objetivación de la conciencia o la racionalidad producto de la ciencia moderna. Nadie puede negar el avance en la calidad de vida que ha supuesto el progreso científico en materias como la salud, el transporte, las comunicaciones etc.. Lo que hay que exigir es que estos avances se globalicen y no se monopolicen o exploten por los países más poderosos. Lo que se necesita es un cambio en los modos de nuestros estilos de vida que sea más sensible con los problemas de los demás y más respetuoso con el medio que nos rodea. Y este cambio hacia una nueva ética de lo público no se va a dar por medio de chamanes o brujos que nos proporcionen nuevas experiencias alucinatorias.
Los brujos y los chamanes han vuelto como en la edad media. Pero a diferencia de las brujas de la edad media que eran consideradas como un peligro destructor del hombre, los nuevos brujos de hoy tienen un "status" de consideración e incluso de admiración. Se le consideran capaces de alterar la realidad social mediante su poder chamánico.
Con todo, no hay que desdeñar el valor intelectual y artístico producto de los partidarios de la contracultura. En mi opinión muchas de las mejores páginas de la literatura del siglo XX se deben a escritores de la llamada generación beat como Burroughs, Paul Bowles o Jack Keruac.