viernes, 21 de noviembre de 2008

LA NUEVA CAPILLA SIXTINA: EN DEFENSA DE BARCELÓ

"El arte da al hombre la experiencia de vivir en un mundo donde las cosas son como deberían ser. Esta experiencia es de crucial importancia para él: es su salvavidas psicológico. Dado que la ambición del hombre no tiene límite, dado que su búsqueda y logro de valores es un proceso que dura toda la vida —y cuanto más elevados los valores, más dura es la lucha—, el hombre necesita un momento, una hora, cierto período de tiempo en el cual pueda experimentar el sentido de su tarea terminada, el sentido de vivir en un Universo donde sus valores hayan sido exitosamente realizados. Es como un descanso, un momento de repostar combustible mental hacia nuevos logros. El Arte le da este combustible, un momento de alegría metafísica, un momento de amor por la existencia. Como un faro, alzado sobre los oscuros cruces de caminos del mundo, diciendo "Esto es posible


Es indignante el escuchar las críticas feroces que se han vertido en ciertos medios de comunicación sobre esta maravillosa obra de Miquel Barceló. Se ha hecho la más ruin demagogia desde ciertos ámbitos vinculados a la derecha política del país. Demagogia y arte son términos antitéticos, pues el arte significa búsqueda de la verdad (aunque sea un búsqueda subjetiva), lo cual es contrario y excluye cualquier tipo de demagogia.

Pero lo que más duele es que esas críticas sin cuartel, sin mesura, sin matices, provenga de ciertos "artistas". Me refiero concretamente al artículo publicado por Juan Manuel de Prada en el diario ABC titulado "chorros para una chorrada" donde se mofa de la técnica empleada por Barceló de usar chorros de pintura a presión,comparándolo con los chorros de pis de los jóvenes cuando juegan a ver quien alcanza mayor longitud. Ignora este escritor, que el juego es fundamental en el arte:el arte es ante todo juego, experimentación. Sólo a través del juego ensayamos y proyectamos al exterior nuestra percepción del mundo, de la realidad: No hay creatividad sin juego.

Prosigue Juan Manuel de Prada en su artículo haciendo una falsa y obtusa crítica del arte moderno en relación a la pintura clásica. Según él, la pintura clásica es muestra de verdad, porque refleja de forma figurativa la recreación del mundo, su fidelidad a un dios creador, a las normas divinas escritas en el hombre y la naturaleza; mientras que el arte contemporáneo es espúreo (no es más que basura), ya que carece de norma prefijada, y sólo muestra aversión a la idea de un Dios creador porque propone un universo regido por las propias leyes que el mismo artista determina y que en su engreimiento creador termina en un caos, en una anomia fatua y agnóstica: en suma termina en una auténtica chorrada.

No puedo entender que un literato, un creador, pueda decir semejantes barbaridades. Juan Manuel de Prada debería saber que el auténtico artista no está sujeto a normas o leyes, no obedece a propósito o fin, en su proceso creador él (el artista) es Dios.

Me gustaría preguntarle al engolado Juan Manuel de Prada que piensa de la literatura de vanguardia, de la literatura de escritores que renovaron el lenguaje y la estructura a la hora de escribir, que piensa por ejemplo de Borges, de Cortázar y su novela Rayuela, de Burroughs y su almuerzo desnudo, y en la época actual de Michel Houellebeq. ¿Son chorradas lo que escriben, porque atienden a sus propias normas y criterios, a su propio lenguaje?.

Pienso que escritores e intelectuales como Juan Manuel de Prada al servicio de la causa política de la derecha más reaccionaria, hacen un muy flaco aporte a la cultura de España.