Una de las más graves consecuencias que ha supuesto el crash de octubre de 2008, es el endeudamiento excesivo en el que están incurriendo los gobiernos de las principales economías mundiales, agrupadas en torno el G-20. Endeudamiento que de seguir por estos derroteros (aumentando exponencialmente) puede llevar a la primera potencia económica mundial, esto es, a EE.UU a la bancarrota y al colapso del dólar como moneda mundial de reservas. Basta indicar que se Estados Unidos ha pasado de una deuda pública del 75% del PIB al 84% en tan sólo un año. Se preve que para el 2014 el porcentaje de la deuda pública acumulada puede alcanzar el 120% del PIB. El volumen de deuda pública de EE.UU es de 12 billones de dólares. Esto significa que cada norteamericano que nace, en vez nacer como dice el dicho con un pan bajo el brazo, nace con una deuda cercana a los 40.000 dólares.
Las perspectivas son desoladoras en términos de inflación y desempleo. No hay que olvidar que la emisión de deuda pública supone la creación de dinero fresco por parte del banco emisor y que este aumento de la masa monetaria no está respaldado por un aumento equivalente en la producción de bienes y servicios reales, lo cual se traduce en un aumento futuro de inflación o disminución del poder adquisitivo de los ciudadanos que verán empobrecido su poder adquisitivo año tras año.
Nada más que los intereses que genera esta enorme deuda suponen 141 mil millones de dólares, o lo que es lo mismo cerca de 500 dólares a cada ciudadano norteamericano.
Esta espiral diabólica de deuda es insostenible en el medio plazo, porque no hay recursos suficientes en términos de producción real que pueda respaldarla.
La situación española sigue también la misma espiral peligrosa, aunque en términos relativos es mucho menos preocupante que la norteamericana. La deuda pública española ha pasado, del 36% del PIB al 49% estimado para el 2009, y ello fue debido a que en los años de bonanza económica se tomó (en mi opinión) la decisión correcta de destinar los superávit presupuestarios a la cancelación del volumen de la deuda (esto es devolver el dinero al contribuyente). A pesar de todo la deuda soberana del estado español está bajo la amenaza de recalificación a la baja de su calidad por parte de las principales agencias de rating como Standard & Poor's. Hay que hacer una crítica severa a dichas agencias que son las mismas (no nos olvidemos) que calificaron como triple AAA los bonos basura o subprimes. España aunque para estas agencias de calificación forma pare de los llamados países PIGS (cerdos) no está en bancarrota, y está como he indicado arriba en una situación de más solvencia en términos comparativos que EE.UU y el Reino Unido.
La pregunta que es pertinente hacer es: ¿Por qué España está bajo la espada de Damocles de las principales agencias internacionales de rating, con el coste que esto genera en términos de aumento de prima, y los países en una posición relativa peor como EE.UU y Reino Unido no sufren dicha amenaza ?: La respuesta es evidente:
1.- Los países al igual que los inversores privados compiten en un mercado global para captar recursos financieros. Dentro de ese mercado global España es un competidor de EE.UU. y Reino Unido entre los principales.
2.-Las agencias de calificación de rating atienden a "intereses corporativos", no hay que olvidar que las más importantes son divisiones de negocios de los principales bancos afincados en Wall Street y La City, esto es, en las principales plazas financieras mundiales.
No hay recetas mágicas para superar esta situación, que lejos de suponer una recesión en forma de "V" tiene visos de tener forma de "U" (prolongado estancamiento antes de una recuperación con fuerza). Lo único que seguro es recomendable es: austeridad máxima en el gasto corriente,
por eso se echa en falta un plan riguroso de austeridad en todas las administraciones públicas.
Para finalizar, les dejo abajo un link, donde pueden ver y apreciar el diabólico reloj de la deuda federal estadounidense en tiempo real.
Link :U.S. National Debt Clock : Real Time
