miércoles, 18 de abril de 2007

Barley Nigel, un antropólogo inocente



Me apasiona los dos libros que he leído de este antropólogo: El antropólogo inocente, y una plaga de orugas.

Así como Pirandello iba en busca de un autor, Nigel va en busca de su tribu y la encuentra entre los dowayos en el Camerún. La entrada en el trabajo de campo es un desastre y todos sus esquemas teóricos preconcebidos se disuelven como un azucarillo: el "extrañamiento" ante la cultura dowayo es total. Lo cual en etnografía es algo muy positivo. Como vulgarmente se dice, cuando la cultura que estás estudiando se te hace normal, rutinaria y sin capacidad de sorprendente entonces es hora de abandonar el campo.

Las peripecias y anécdotas que tiene Nigel entre los dowayos son hilarante. Así nos cuenta como por accidente pierde dos de sus incisivos y tiene que acudir a "un dentista".Resulta que el que encuentra es una especie de herrero, que entre otras cosas realiza también la función de dentista y con una herramienta rudimentaria y sin ninguna asepsia procede a extraerle los dientes y le pega unos de plástico que posteriormente se despegan. En la misión católica francesa se lo pegan con un pegamento potente que al reaccionar con el calor hace que los dientes se le pongan de color verde. Nigel se ve como un estúpido blanco dotado de unos dientes verdes.

Los dowayos viven del trapicheo y permanentemente endeudados. La causa es "el precio de la novia" que tienen que pagar desde muy jóvenes para contraer matrimonio. Hay enormes disputas por las reclamaciones permanente de estas deudas contraídas que nunca se acaban y se endosan unos a otros: Si el individuo A tiene una deuda con B y este a su vez con C, y si resulta que A es íntimo amigo de C , éste último (C) puede cobrar la deuda de B a través de A, puenteando a B.

Las disputas por la compra de la novia llega en ocasiones a tal punto que un individuo X contrata al mago para que haga un conjuro maléfico sobre otro individuo Z. Y es que entre los dowayos, la muerte natural es algo que raramente conciben. Si alguien fallece es debido a la magia contra él, o porque hay algún espíritu vengativo que reclama justicia.

Fascinante resulta también los ritos de paso de los que se ocupa Nigel, especialmente el rito de la circuncisión

que ente los dowayos se realiza cada 6 o 7 años, y que necesariamente no tiene por qué tratarse de individuos púberes (algunos que participan en la circuncisión están ya casados). Nigel que acude por segunda vez el poblado dowayo para estudiar los preparativos para estudiar este rito de paso, tiene que marcharse del Camerún al constatar que el rito no va a celebrarse. La razón es que el Jefe de lluvia, no ha dado la conformidad debido a una plaga de orugas. Para el Jefe de lluvia este es un signo (un oráculo) de que la ceremonia no puede efectuarse. Nigel descubre que la verdadera razón de la no celebración se debe ,no a razones adivinatorias o del oráculo, sino a razones productivas (materiales): La plaga de oruga ha destruido gran parte de la cosecha de mijo (base de la alimentación y de la producción de cerveza entre los dowayos). Sin mijo no hay cerveza y sin cervez no puede haber ninguna ceremonia (fiesta).


No hay comentarios: