miércoles, 18 de abril de 2007

Chefi, no puede comer las croquetas de mi abuela



"No cocinarás el cabrito en la leche de su madre".
(Shemot/ Éxodo 23:19; Ibíd.. 34:26; Devarim / Deuteronomio 14:21



Mi compañero de oficina, Pepe Benzaquén (conocido familiarmente como Chefi) aficionado a los guisos y recetas, me preguntó hace unos días en la oficina:


-Fernando, tú que eres tan aficionado a la cocina, dame una receta para hacer unas croquetas que estén ricas.


Yo, ni corto ni perezoso, empiezo por darle la receta que sabía de mi abuela, que hacía unas croquetas para chuparse los dedos, así que comencé como sigue:


-Pepe, lo primero para que te salga una masa suave es mezclar la harina poco a poco con la leche y la carne...


Para mi sorpresa me dice:


- Eh ¡¡, para un momento. ¿ Mezclar leche con carne ?, pero qué dices. ¿Tú no sabes que los judíos no podemos mezclar la leche con la carne ?.


Yo me quedo estupefacto y le respondo:


-entonces ¿ qué coño de croquetas te comes tú ?, a lo cual me responde:


-nosotros hacemos la masa de las croquetas con un puré de patatas mezclado con la carne..


La verdad es que me dejó intrigado el origen de este tabú alimenticio y comencé a indagar el origen para buscar una explicación racional del mismo. La mayoría de los tabues tienen una explicación que no necesariamente es religiosa (aunque normalmente la mayoría de ellos sean impuestos por la religión) sino que tienen sus bases en condiciones ecológicas o tecno-económicas. Pero he de confesar que por muchas vueltas que le he dado al asunto, este tabú definitivamente sólo se puede explicar por la religión y más concretamente por la Torá (el libro sagrado de los judíos).


Así que indagando, encontré que el origen del tabú está en la siguiente cita del Deuteronomio: "No cocinarás el cabrito en la leche de su madre".


La voz utilizada por la Torá es "guedí" que literalmente puede traducirse por "cabrito"., ahora bien cuando se quiere hablar estrictamente del cabrito se utiliza la palabra "guedí", acompañada de "izim" (que significa ovejuno).


Los sabios judíos interpretan que la prohibición no sólo se refiere al cabrito, a la oveja etc. sino que por extensión comprende a todo el ganado autorizado para la ingesta (es decir ganado con pezuña hendida y rumiantes). Así la frase "no cocinarás cabrito en la leche de su madre" se transformará en "no cocinarás carne( permitida) en la leche (permitida).


Como habitualmente no conocemos el origen de la carne y el de la leche, la prohibición es aplicable aunque la carne proceda de una cabra "X" por ejemplo criada por mí, y la leche proceda de una vaca "y" también criada por mí.


Vemos que en la Torá se habla de cocinar, y no de comer. Y por deducción se podría entender que lo que está prohibido es el cocinar carne con leche, pero no la ingesta de la carne con la leche. De acuerdo con los intérpretes de la Torá, el comer es un acto placentero que proporciona satisfacción (tanto emotiva como sensorial). La pregunta que cabe hacerse es: si comer es un acto que proporciona placer, entonces una persona judía que le disguste o no siente ningún placer comiendo leche con carne no estará cometiendo ningún pecado (puesto que no está disfrutando con su acto)., pero vemos que la Torá habla de "cocinar", dando a entender que es indiferente si el sujeto obtiene o no satisfacción con la ingesta. Lo que está prohibido y es totalmente repudiable es el acto de mezclar per sé la leche con la carne.


Este tabú es tan estricto, que incluso prohibe todo contacto entre los utensilios que contengan estos dos productos ya que resultarían contaminados (impuros). Por tanto todas las cazuelas, cucharas, etc... que se hayan utilizado no deben nunca mezclarse.


AY ¡¡ querido Chefi lo que te estás perdiendo: ese jamón de pata negra, esos calamares, esos mejillones, esas croquetas de mi abuela.









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